A lo largo de los años, he visto muchas historias que me han dejado claro que la medicina no es solo sobre diagnósticos y tratamientos, sino también sobre la comprensión y el respeto hacia la vida de cada paciente. Uno de esos momentos ocurrió este año en Latinos Salud, y hoy quiero compartirlo contigo porque me recordó lo esencial que es contar con un proveedor médico que te comprenda de manera integral, no solo desde la perspectiva médica, sino también social y cultural.
Hace algunos meses, un cliente vino a nuestra oficina con la intención de comenzar a recibir PrEP, un tratamiento que, como muchos saben, es clave en la prevención del VIH. Durante su visita, le comentó a nuestro clínico que llevaba tiempo con problemas de visión. Había sido operado de la vista hacía algunos meses, pero sus dificultades visuales continuaban. No sabía qué estaba mal. Nuestro clínico, haciendo su trabajo con la dedicación y el compromiso que lo caracterizan, le preguntó si alguna vez se había realizado una prueba de sífilis. La respuesta fue un simple “no”.
Parte del proceso para comenzar con PrEP incluye una serie de exámenes que buscan detectar diversas infecciones de transmisión sexual (ITS), entre ellas la sífilis, a través de pruebas de sangre. Así que el cliente se realizó los exámenes necesarios.
Al día siguiente, cuando los resultados del laboratorio llegaron, nuestro clínico lo llamó. Le informó que su problema de visión era en realidad un síntoma de una sífilis avanzada, una situación que puede llegar a ser grave si no se trata a tiempo. De inmediato, le recomendó un tratamiento basado en varias inyecciones de penicilina, un tratamiento estándar y eficaz para la sífilis. Con el tiempo, el cliente comenzó a mejorar su visión, y su salud en general dio un giro positivo.
Más allá de los síntomas: La importancia de la conexión cultural
Historias como esta me recuerdan la importancia de ver a proveedores de salud que no solo tengan conocimientos médicos, sino que también comprendan el contexto en el que vivimos. En Latinos Salud, vemos todos los días lo crucial que es trabajar con profesionales que no solo estén entrenados para detectar síntomas físicos, sino que también estén atentos a lo que podría estar ocurriendo debajo de la superficie: las historias de vida, las barreras culturales, los miedos, y las dudas que muchas veces no se expresan de manera abierta.
En este caso, el cliente podría haber seguido buscando soluciones para su vista, pero quizás nunca hubiera considerado que una infección de transmisión sexual fuera la causa. Es aquí donde radica la importancia de un proveedor que conozca bien a sus pacientes, sus hábitos, su vida social y las realidades que enfrentan. En muchas ocasiones, el tratamiento no solo es médico, sino también cultural. Los proveedores que entienden el contexto social de sus pacientes pueden hacer preguntas relevantes, ver más allá de los síntomas evidentes y, lo más importante, crear un espacio donde el paciente se sienta seguro y sin temor a ser juzgado.
Profesionales sin prejuicios: Una necesidad para nuestra salud
En la sociedad actual, hablar de enfermedades de transmisión sexual sigue siendo tabú para muchas personas. Pero lo que necesitamos son profesionales médicos que no tengan prejuicios, que puedan tratar estas enfermedades de manera normalizada y sin vergüenza. Las ITS no discriminan por género, orientación sexual o identidad. Pueden afectar a cualquiera, y es esencial que busquemos a proveedores que entiendan esto.
El caso de este cliente, quien al final mejoró su visión y su salud en general, me hizo reflexionar sobre cuántas veces las personas sufren en silencio, sin saber que podrían estar lidiando con algo completamente tratable, simplemente por no haber acudido al proveedor correcto.
Mi consejo
Mi consejo es sencillo: busca siempre profesionales que te comprendan de manera completa. Que no solo te vean como un paciente, sino como una persona con una vida, una historia y necesidades específicas. Busca proveedores que entiendan tu cultura, que hablen tu idioma, que se tomen el tiempo de escuchar y que no tengan prejuicios sobre las enfermedades que puedan surgir en el camino. La salud no es solo física; es emocional, cultural y social.
El cuidado médico no debería ser algo temido o evitado. Merecemos sentirnos comprendidos, apoyados y respetados en cada paso de nuestro camino hacia una mejor salud. Y, como lo demuestra esta historia, la atención médica adecuada puede marcar la diferencia en más de un aspecto de nuestras vidas.