En los últimos años, he llegado a valorar profundamente la importancia de la salud mental. No sé ustedes, pero a veces siento que la vida moderna es una montaña rusa de emociones, muchas veces impulsadas por la ansiedad, el estrés y, en ocasiones, la depresión. Hemos pasado por tanto, desde la pandemia del COVID-19 hasta el estigma, el rechazo y las preocupaciones que nos persiguen diariamente. Todo esto ha dejado una huella profunda en nuestra salud mental, y creo que es hora de empezar a tomarnos un respiro y reflexionar sobre cómo estamos lidiando con todo esto.
A menudo, me encuentro pensando en la filosofía de vida de Timón y Pumba en El Rey León: «Hakuna Matata», que significa «sin preocupaciones». ¿Cuántas veces hemos deseado vivir bajo este mantra? ¿Cuántas veces hemos soñado con dejar atrás nuestras preocupaciones y simplemente disfrutar del presente? No me malinterpreten, sé que no es tan fácil como cantar una canción, pero hay algo poderoso en la idea de liberarnos de las cargas innecesarias que llevamos sobre nuestros hombros.
La ansiedad, el estrés y la depresión son como sombras que nos siguen a todas partes. A veces, esas sombras se hacen más grandes cuando menos lo esperamos, convirtiendo incluso los momentos más simples en desafíos. Nos afecta a todos, sin importar dónde estemos o qué estemos haciendo. Es un problema global, una realidad que se siente tanto en la sala de estar de una pequeña casa como en las bulliciosas calles de una gran ciudad.
El COVID-19 fue un golpe bajo para nuestra salud mental. Nos enfrentó a una incertidumbre que no habíamos experimentado antes. De repente, el miedo y la preocupación se convirtieron en nuestros compañeros diarios. Y aunque la pandemia pueda estar más controlada ahora, las cicatrices emocionales que dejó no desaparecerán tan fácilmente. El estigma y el rechazo que muchos han enfrentado, especialmente aquellos viviendo con condiciones de salud como el VIH, solo han añadido más peso a una carga que ya era pesada.
Pero aquí es donde creo que podemos aprender algo de Timón y Pumba. No estoy diciendo que ignoremos nuestros problemas o que pretendamos que no existen. Eso sería poco realista. Sin embargo, creo que podemos empezar a adoptar un enfoque más «Hakuna Matata» en nuestras vidas. Podemos intentar, aunque sea solo por un momento, dejar de preocuparnos tanto por lo que no podemos controlar y enfocarnos en lo que podemos hacer hoy para sentirnos mejor.
¿Qué pasaría si decidimos soltar un poco las riendas de nuestras preocupaciones? Tal vez podríamos encontrar un poco de paz en medio del caos. Quizás podríamos descubrir que al dejar de lado el miedo, encontramos más espacio para la alegría. Claro, esto no es una solución mágica para los problemas de salud mental, pero es un recordatorio de que a veces, simplificar nuestra perspectiva puede ser el primer paso hacia una vida más plena.
Al final del día, todos estamos luchando nuestras propias batallas internas, y eso está bien. Lo que no está bien es permitir que esas batallas nos definan por completo. Tal vez nunca logremos vivir completamente «sin preocupaciones», pero si podemos aprender a dejarlas ir de vez en cuando, estaremos un paso más cerca de una vida más tranquila y feliz.
Así que la próxima vez que te sientas abrumado, respira profundo, piensa en Timón y Pumba, y recuerda: «Hakuna Matata». Quizás no resuelva todos tus problemas, pero podría ayudarte a verlos desde una perspectiva un poco más ligera. Porque, al final, vivir sin preocuparse demasiado es una de las mejores cosas que podemos hacer por nuestra salud mental.